miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sobre el futuro, Reiniciar, o cómo mezclar filosofía barata y música


Cada vez estamos más obsesionados por el futuro. Montones de preguntas invaden nuestra inquieta cabeza constantemente. Muchas veces son cuestiones totalmente banales, otras no nos dejan ni dormir (¿verdad Cris?) y otras muchas nos llegan a obsesionar tanto que no podemos dejar de pensar en ellas en todo el día. Porque... ¿quién no se preocupa por el futuro?

Además solemos creer erróneamente, bajo mi punto de vista, que cualquier tiempo pasado fue mejor. Nos divertíamos más, nos preocupábamos menos, la hierba era más verde y hasta tus pedos olían mejor.
Ante cualquier cambio solemos posicionarnos en el ya famoso “Madre que me quede como estoy”. Los más pesimistas incluso idean mil situaciones, mil causas para el fin del mundo.

Y esto no es verdad. Cualquier tiempo pasado no es mejor, simplemente es… diferente. Pero esa diferencia a veces nos da miedo. Estamos más cómodos en la rutina, aunque nos empeñemos en creer lo contrario, ya que ésta es otro mecanismo más que nuestra biología tiene para sobrevivir. Es sencillo, haz siempre las mismas cosas y no te pasará nada. Otro mecanismo tan antiguo como inservible hoy en día, pero que no podemos eliminar de nuestra programación biológica grabada tras milenios de existencia y evolución.

Con el fin de ilustraros esto, os traigo un extracto de una entrevista que le hicieron a Iván Ferreiro, ex de líder de Los Piratas tras sacar su primer disco en solitario "Canciones para el Tiempo y la Distancia". Creo que sobra decir que después de esta, ya de por si brillante etapa, a los Ferreiro les ha ido muy bien...

Es una historia que me gusta especialmente por lo identificado que me siento con ella. Obviamente no me dedico a la música, ya me gustaría, pero es aplicable a otras facetas de la vida.

Después de quince años, el quinteto vigués Los Piratas puso punto final a su carrera con un concierto a finales de 2003. Atrás quedaba una estela artística que daba fe de que Los Piratas era un grupo preparado para hacer canciones accesibles pero también dispuesto a crecer, evolucionar e ir más allá de lo evidente, lo fácil y lo cómodo. Siete álbumes y canciones imborrables como "Quiero hacerte gritar", "Promesas que no valen nada, Fecha caducada", "Años 80" o "Mi matadero clandestino".
Todo eso concluyó un día de octubre, al terminar el concierto de despedida en la madrileña sala La Riviera.

"Nos quedamos todos muy tristes", cuenta ahora Iván Ferreiro, ex cantante de Los Piratas. "El grupo se terminó porque tenía que terminar, no pasó nada en concreto, simplemente estábamos saturados y lo mejor era concluir el asunto antes de que empezáramos a llevarnos mal y poder así seguir siendo amigos". Lo que ocurrió después es que Iván, sumido en la inevitable melancolía que conlleva el terminar con una parte primordial de tu vida, se planteó huir del pasado inmediato.

Y ante la ausencia de futuro, decidió inventar un nuevo episodio musical que no le comprometiera a nada más que a ejercer su oficio: el de músico. Para ello contó con el mejor aliado. "Mi hermano Amaro también estaba pasando un mal momento personal así que le propuse que hiciéramos algo juntos. Porque Amaro había terminado la carrera de derecho, pero lo de ser abogado no se lo creía ni él. Lleva haciendo música desde los trece años así que había llegado el momento de enfrentarse a la situación. Le dije: 'No sé cómo estarás tú pero yo estoy más solito que la hostia'". Lo siguiente que se supo de ellos es que eran Rai Doriva & As Ferreiro.

Rai Doriva & As Ferreriro tocaban cada miércoles en un bar de Vigo llamado El Ensanche, un lugar que no es el típico local para el rock si no más bien lo contrario. "La idea era estar allí tocando versiones y que no nos hiciera caso ni dios. Salíamos con vestidos que eran como una máscara, para que la gente se olvidara de Iván de Los Piratas. Yo dejé de ser Iván y me convertí en Ivonne. Amaro pasó a ser Tamara. Pero la gente, en lugar de usarnos como música de fondo, en vez de ponerse a hablar mientras se tomaba una copa, se quedaba escuchándonos". En su afán por escapar de sus propias personalidades y por eliminar al artista, decidieron tocar también en bodas y bautizos.

Esta rutina les sirvió para acumular unas cuantas canciones. Y si bien Iván lo último en lo que pensaba era en grabar un disco o en darle continuidad a su carrera en el modo acostumbrado, el material que aparecía fue tomando su propio curso. Historias que tenían cosas en común. Un toque de humor irónico. "Porque una canción tiene que ser una buena mentira para poder contar una verdad aún mayor". Así descubrieron que al final tenían una colección de canciones independientes entre sí que bien podían conformar un disco. Un disco llamado "Canciones para el tiempo y la distancia".

Iván y Amaro se encerraron en una casa rural en Finisterre y allí, junto a Suso Sáiz en las labores de producción, fueron cobrando forma las canciones del álbum...

El resto de la historia ya la conocemos. Iván Ferreiro se ha convertido en uno de los mejores artistas españoles y su obra, aunque menos "mítica", sobrepasa en muchas ocasiones su trabajo en Los Piratas.

No sé si me he ido un poco por las ramas con esta historia, pero creo que es un buen ejemplo de algo que últimamente escucho mucho y en la mayoría de los casos se queda tan solo en palabras. Cualquier cambio, bueno o malo, implica oportunidades. Algunas son oportunidades para hacer algo bueno, otras para cagarla estrepistósamente. Está en nuestra mano elegir el camino correcto.


Manu-shan ha dicho.

Un abrazo!

2 comentarios:

  1. En la línea de mis post demandados.
    Y encima hablas de Iván.
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  2. Gracias estimad@ lector. Mis post "de autor" aunque muchas veces oscuros y delirantes, y aunque pueda parecer que no por su "densidad", tienen bastante acogida. :) . Seguiremos informando.
    Un abrazo

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