No hace mucho tiempo estuve charlando con un amigo sobre lo que seríamos capaces de sacrificar por asistir a determinados eventos del pasado, ya sean conciertos, estrenos de cine, musicales u otros acontecimientos destacados.
Dejando de lado los de trascendencia mundial, como la caída del muro de Berlín o la llegada del hombre a la Luna, nos centramos en los del mundo del espectáculo en general. Además de los ya citados anteriormente,por ejemplo, mundiales de fútbol u olimpiadas.
La verdad es que en todos los casos el precio que asumíamos pagar era considerablemente elevado, incluyendo amputaciones de miembros y órganos, sin embargo, algo de lo que me he percatado es que todos tenemos uno o dos por los que daríamos prácticamente todo lo que tenemos.
En mi caso, lo tengo claro. Daría lo que fuese por vivir este momento.
¿Y vosotros?
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